jueves, 15 de octubre de 2009


¡Todo es aniquilación incesante,
resentimiento agresivo entre el alma y el mundo,
eres y no serás, porque no hay salida de las profundas
galerías de la materia!
Braceamos desesperadamente
contra el ímpetu corrosivo de los minutos;
negamos que la poderosa indolencia de la naturaleza
no es sino la huella indescifrable
del frenesí expansivo de la conciencia.

El almuerzo del solitario de Efraín Jara Idrovo

1 comentario:

  1. -Realmente, no sé si debo achacar a los vapores del vino y del ponche la
    especie de lucidez que me permite abarcar en este instante toda mi vida como un
    solo cuadro, en el que las figuras, los colores, las sombras, los claros y las medias
    tintas están fielmente marcados. No me asombraría este juego poético de mi
    imaginación si no estuviese acompañado de cierto desdén hacia mis penas y mis
    alegrías pretéritas. Vista de lejos, mi vida aparece como circunscrita por un
    fenómeno moral. El prolongado y lento padecer que ha durado diez años, puede
    reproducirse hoy en unas cuantas frases, en las que el dolor no será ya más que
    un pensamiento y el placer una reflexión filosófica. juzgo, en lugar de sentir...

    Balzac, "La piel de zapa"; II La mujer sin corazón.

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