viernes, 30 de abril de 2010
Sobre la melancolía
Es común que las personas le otorguen al estado melancólico aspectos negativos o incluso desviados hacia la enfermedad. Aristóteles habla sobre este estado emocional cuado toca el "problema XXX" y el renacimiento, le otorga a la melancolía un gran valor considerandola como temperamento especial del hombre con ingenio , es decir se reconoce que en el estado melancólico , el hombre desata su capacidad artística como creador.
La melancolía está asociada a la sensibilidad, el aislamiento , la soledad ( el arte necesita de soledad) , la extravagancia... en los siglos XV y XVI no se creia posible una obra poética o artística si el autor no era melancólico, la inacción y la ociosidad permiten la contemplación de uno mismo en un vertiginoso devenir.
La creación es una catarsis, una forma de aliviar la tristeza, la aceptación de la situación y la exteriorización de esos sentimientos a través de la obra de arte . ( El arte es solo sobre emociones diria Josef Koudelka)
”Vivo en el número siete, calle Melancolía,
quiero mudarme hace años al barrio de la alegría,
pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía,
en la escalera me siento a silbar mi melodía”
Joaquuín Sabina
martes, 27 de abril de 2010
lunes, 26 de abril de 2010
Las simples cosas
Uno se despide insensiblemente de pequeñas cosas
Lo mismo que un árbol en tiempo de otoño muere por sus hojas
Al fin la tristeza es la muerte lenta de las simples cosas
Esas cosas simples que quedan doliendo en el corazón.
Uno vuelve siempre a los viejos sitios en que amo la vida
Y entonces comprende como están de ausentes las cosas perdidas
Por eso muchacho no partas ahora soñando el regreso
Que el amor es simple y las cosas simples se las devora el tiempo.
Demórate aquí en la luz mayor de este mediodía
Donde encontraras con el pan al sol la mesa tendida
Por eso muchacho no partas ahora soñando el regreso
Que el amor es simple y las cosas simples las devora el tiempo.
Mercedes Sosa
Lo mismo que un árbol en tiempo de otoño muere por sus hojas
Al fin la tristeza es la muerte lenta de las simples cosas
Esas cosas simples que quedan doliendo en el corazón.
Uno vuelve siempre a los viejos sitios en que amo la vida
Y entonces comprende como están de ausentes las cosas perdidas
Por eso muchacho no partas ahora soñando el regreso
Que el amor es simple y las cosas simples se las devora el tiempo.
Demórate aquí en la luz mayor de este mediodía
Donde encontraras con el pan al sol la mesa tendida
Por eso muchacho no partas ahora soñando el regreso
Que el amor es simple y las cosas simples las devora el tiempo.
Mercedes Sosa
sábado, 24 de abril de 2010
una noche con la cara a la luna y el cuerpo abierto a la inmensidad
Mónica... hablé conmigo
In a manner of speaking
In a manner of speaking
la meta es el olvido
¿Dónde está la memoria de los días
que fueron tuyos en la tierra, y tejieron
dicha y dolor y fueron para ti el universo?
El río numerable de los años
los ha perdido; eres una palabra en un índice.
Dieron a otros gloria interminable los dioses,
inscripciones y exergos y monumentos y puntuales historiadores;
de ti sólo sabemos, oscuro amigo,
que oíste al ruiseñor, una tarde.
Entre los asfodelos de la sombra, tu vana sombra
pensará que los dioses han sido avaros.
Pero los días son una red de triviales miserias,
¿y habrá suerte mejor que ser la ceniza,
de que está hecho el olvido?
Sobre otros arrojaron los dioses
la inexorable luz de la gloria, que mira las entrañas y enumera las grietas,
de la gloria, que acaba por ajar la rosa que venera;
contigo fueron más piadosos, hermano.
En el éxtasis de un atardecer que no será una noche,
oyes la voz del ruiseñor de Teócrito.
J.L. Borges
que fueron tuyos en la tierra, y tejieron
dicha y dolor y fueron para ti el universo?
El río numerable de los años
los ha perdido; eres una palabra en un índice.
Dieron a otros gloria interminable los dioses,
inscripciones y exergos y monumentos y puntuales historiadores;
de ti sólo sabemos, oscuro amigo,
que oíste al ruiseñor, una tarde.
Entre los asfodelos de la sombra, tu vana sombra
pensará que los dioses han sido avaros.
Pero los días son una red de triviales miserias,
¿y habrá suerte mejor que ser la ceniza,
de que está hecho el olvido?
Sobre otros arrojaron los dioses
la inexorable luz de la gloria, que mira las entrañas y enumera las grietas,
de la gloria, que acaba por ajar la rosa que venera;
contigo fueron más piadosos, hermano.
En el éxtasis de un atardecer que no será una noche,
oyes la voz del ruiseñor de Teócrito.
J.L. Borges
martes, 13 de abril de 2010
lunes, 12 de abril de 2010
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